El Tahuantinsuyo estuvo atravesado por cientos de caminos principales y secundarios, que unieron de manera magistral los señoríos y pueblos del antiguo Perú. El diseño de estos caminos (de más de 30,000 kilómetros) fue tan perfecto que, a pesar de las dificultades geográficas, la comunicación logró ser eficaz e inmediata. El Cusco fue el centro de esta red vial y en él confluyeron la mayor parte de los senderos, pues la ciudad de los incas era el ombligo del mundo y todo debía partir y culminar en ella.
En términos de patrimonio arqueológico es, sin duda, el mayor monumento que se conoce en el Continente americano y que es compartido por cinco países andinos. En esa ruta viven hoy comunidades de agricultores, pastores, mineros y pescadores. Asimismo, tenemos en el Camino Inca a Machu Picchu una de sus más grandes expresiones, no sólo por su importancia, sino por la belleza pasisajística de sus rincones y por que cada vez más personas desean experimentar por sí mismos estos milenarios y desafiantes caminos.
Recojo de su hotel y traslado al pueblo de Chinchero (3,762 m.s.n.m.), poblado de origen incaico que recibe la custodia del nevado Chicón y cuyo nombre se originaría en la voz quechua sinchi, que significa "hombre valiente". Y terminaremos en Urquillos (2800 m.s.n.m.), un lugar importante en el valle por contar con un microclima propicio para sembrar el mejor maíz del valle de Vilcanota, llamado el gran blanco, dicho valle cuenta con un conglomerado haciendas de los más importantes Incas del imperio, que
posteriormente fueron repartidas entre los altos mandos del ejército español. La caminata es a través de un tramo de Camino inca de 8 Km. de distancia recientemente reconstruido que une al poblado de Chincheros con Urquillos. Se recorre la quebrada para luego asomarse al valle sagrado desde un mirador o ushnu del que se pueden apreciar las montañas sagradas de Pitusiray y Sahuasiray.
Hora de salida: 9.00 a.m.
Duración: 5 horas
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