En el mes de febrero, a pesar de las lluvias en la sierra de nuestro país, nos aventuramos a realizar esta rutaza en bicicleta. Provistos de nuestros cascos por aquel entonces recién comprados), nuestras mochilas y bicicletas emprendimos esta aventura llena de grandes momentos.
Nuestro único destino seria Laraos; sin embargo, las ganas de conocer Huancaya nos gano, razón por la cual llegamos primero allá.
El cambio valió la pena. Cascadas impresionantes coronaron nuestro ímpetu aventurero. Al Día siguiente vendría, lo que es para mi, lo mejor de esta ruta, bajar desde Huancaya hasta la Llapay pasando por Vitis y la laguna Piquecocha. Hay que tener buenos frenos y bastantes fuerza en los brazos para mantener el timón derecho ante esta bajada cargada de bastante adrenalina.
Como era de esperarse, no nos ibamos a ir sin conocer Laraos, por ello cogimos una movilidad que en 20 minutos nos llevo hasta este maravilloso pueblo bordeado de sus bellos andenes. Luego del almuerzo y un merecido descanso comenzamos la bajada hasta la carretera principal. Este tramo es 100% asfaltado por lo cual la velocidad es aun mayor y la diversión aun mas extrema. Terminamos el recorrido en San Jerónimo ya que la luz del Día se había ido por completo. Para nuestra suerte un camión nos trajo en la tolva hasta Cañete completamente gratis. Ya desde ahí comenzaría nuestro retorno en Lima en bus.