El parapente es un planeador ultraligero flexible, no necesita un motor para desplazarse, aprovecha la energía de la gravedad y la resistencia del aire para volar. Pesa menos que el piloto que lo conduce y flexible porque carece de estructuras rígidas. Despega del piso y síguenos en esta nueva aventura vuelo en parapente, donde sentirás que dejas atrás tus miedos y problemas.

Foto: diariodelvalledelaorotava.blogspot

Elementos del parapente:

• El ala: es lo que realmente nos permite volar, es una estructura flexible, hecha de varias capas de tela y un conjunto de cuerdas que le dan forma de ala a la tela. El ala tiene varias partes que conviene que nos vayan sonando: intradós, extradós, borde de ataque, borde de fuga, establillos, costilla, celdas o cajones, bocas o entrada de los cajones.

• Bandas: son un conjunto de cintas de gran resistencia que por un lado están conectadas a la silla donde se sienta el piloto, por el otro es donde están fijados al suspentaje.

• Frenos: son los mandos aerodinámicos de la vela. Consisten en un par de líneas que al accionarlos consigue frenar una parte del ala o las dos y con desplazamiento del centro de gravedad del cuerpo podemos dirigir el parapente.

• Silla o arnés: es el elemento que mantiene unido al piloto con la vela impidiendo que se caiga. Actualmente lleva una serie de elementos pasivos de seguridad como placas de espuma, airbags, etc.

• Casco y botas: También forman parte del equipo de parapente, el casco protege el centro de control de la aeronave y las botas constituyen el tren de aterrizaje.

• Radio, barómetro, compás, GPS: son instrumentos de vuelo bastante sofisticados que nos permiten mejorar sustancialmente la duración y distancia de nuestros vuelos.

Foto: zero-gravity

Fases de vuelo:

• Preparación del equipo: Una de las mayores ventajas del parapente es que la preparación del equipo es muy sencilla, basta con sacar el parapente de la bolsa, extenderlo, comprobar que las líneas no están liadas, conectar las bandas con la silla, conectar el acelerador, ponerse el casco, las botas, guantes y mono de vuelo, encender el barómetro y GPS, hacer la comprobación pre-vuelo y listo.

• Despegue: Una vez preparado el equipo, y que las condiciones atmosféricas son las adecuadas, nos situamos en la pendiente enfrentados al viento, cogemos con cada mano el freno y la banda A correspondientes. Damos un tirón firme y cuando tengamos la vela sobre nuestra cabeza ya podemos empezar a correr. Ahora ya estamos volando, ya podemos aprovechar para sentarnos y ponernos cómodos.

• Vuelo: el vuelo es la fase más sencilla. En los primeros nos limitaremos a dirigirnos al aterrizaje usando para ello los frenos para girar. Cuando llevemos algún vuelo más podremos empezar a preocuparnos de permanecer más tiempo en el aire aprovechando las brisas de ladera y las térmicas.

• Aterrizaje: Una vez que estemos sobre el campo, salimos de la silla y dejamos que la vela adquiera velocidad soltando los frenos, cuando estemos a punto de tomar tierra frenaremos la vela, con esto lo que conseguimos es transformar velocidad por altura. Con esta pequeña trepada perderemos toda la velocidad que traíamos y aterrizaremos suavemente.

• Recoger: esta es la fase más penosa del vuelo, pero hay que hacerla, para que la próxima vez que se vuele todo esté en su sitio y podamos salir a volar sin tener que desatar tantas líneas y bandas.

Foto: nova-wings

 

Ahora, deja de lado tus miedos y empieza a volar con total seguridad. Será una aventura inolvidable.

 

Véase también:

• Siéntete seguro con los vuelos de a dos en parapente
• Nada mejor que volar parapente sobre las costas limeñas
• Speedriding: Combinación entre Parapente y Esquí
• Volando en parapente sobre la Patagonia